viernes, 23 de octubre de 2009

La clave es la ironía

Tan antigua figura, fiel aliada de la mente inquieta,
que no se conforma con el diálogo refinado y convencional,
sino que necesita ponerle un punto de rebeldía inteligente.
Compañera inseparable del sarcasmo y la sátira,
esa que tanto utilizaba un rebelde romántico
como nuestro “pobrecito hablador”, Larra.
Arma a utilizar contra la prepotencia y superioridad
porque es idioma de sordos en un mundo de ignorancia
y la voz del mudo que se atreve a gritar alto y claro.

Ironía es su nombre para los mundanos,
pero más complicado es adaptarla culturalmente
sin caer en la tentación del absurdo y el ridículo.
Da tanto de sí la ironía como para escribir sobre ella
porque no es un recurso lingüístico cualquiera,
sino la estrella que le da vida a nuestras palabras.
Gran invento socrático por antonomasia la ironía,
presente hoy todavía y con gran fuerza colectiva,
que es capaz de hacer caer hasta las más altas torres.

Ironizadores del mundo, ¡uníos!

2 comentarios:

Serinstantes dijo...

Gran Ironía.
Buen texto.
Z

Enrique Gracia Trinidad dijo...

INteresante la reflexión. La ironía a veces daña al irónico pero las más veces nos salva y nos hace resistir mejor la gran ironía que ya supone vivir.
A Larra por ejemplo terminó por irle mal.
Acabo de dar una conferencia (he dado varias) sobre él aprovechando que este año, como sabéis es su 2º centenario, y apunté entre otras cosas la famosa frase que escribió en un comentario a Hartzembusch, poco antes de pegarse un tiro. Lo escribió en una nota sobre la obra "Los amantes de Teruel". Dijo: "El amor mata... como matan la ambición y la envidia".
En fin, no quiero deprimiros, sólo colaborar en esta buena iniciativa vuestra.
Enhorabuena
Enrique Gracia Trinidad
graciatri@yahoo.es