sábado, 27 de marzo de 2010

REVOLUCIÓN SEXUAL

Recreando en silencio a solas, sensaciones al natural

me pierdo adrede en tu locura y te comienzo a besar,

emprenderemos el camino juntos de la perversión,

jugando con nuestros cuerpos, pasaremos a la acción.

Nuestro deseo irrefrenable nadie nos lo robará,

desgarraré tu linda ropa y comenzamos a gozar,

mordiendo nuestros placeres somos insaciables tu y yo

desnudando tu mirada, mientras te hago el amor.

Siénteme nena entre tus brazos y no me dejes escapar

imagíname en tus sueños, trasládame a la realidad,

provocarán insanas envidias mis retales de pasión

porque tú me has provocado una verdadera Revolución.


Tu piel se funde en mis manos y se deja acariciar

me acomodo en tus pechos, de delicada suavidad

mi lengua lame tus gozos y me deleito con tu sabor

nunca he vivido antes tan excitante sensación.

Nos movemos por instintos, exaltando lo inmoral

detestamos el discurso del recato y la castidad

con el sigilo del roce vamos cercando al pudor

ensalzando nuestra lujuria, empapados en sudor.

Seguiremos alimentando tan inmensa voracidad

y aunque el tiempo es pasado, no lo podremos olvidar

hace tiempo merecías que te escribiera esta canción

porque algún día triunfó en mí tu Revolución.

viernes, 26 de marzo de 2010

La obra

Una tarde cualquiera.
Delante de un plato de pasta.
Esfuerzo.
Tristeza.
Pero al final lo termina.
Y entonces se dirige a la habitación. Él sigue tumbado, boca arriba.
Su estado cada vez más evidente.
El hedor inunda la estancia.
Ella pinta su cara con maquillaje.
Y le da un poco de pegamento extrafuerte en los labios, para que no se separen.
Lo tapa con la manta y sale de la habitación.
Se tumba en el sofá, a componer.
Y así crea la obra de su vida.
Su obra maestra.
Pasiva, deprimida.
Desganada, muy oscura, tenebrosa.
Pero es su obra maestra. Es autentica. Nada pretenciosa.
Nunca más podrá tocar algo así, ni parecido.
Sus dedos no le obedecerán así nunca más.
Y ella sale de casa y coge un autobús.

Sin saber qué acaba de crear.
Sin saber que es el último día de su talento.
Sin saber que al volver la música habrá desaparecido.

miércoles, 24 de marzo de 2010

No me preocupa nada más que...

¿Qué preocupación mayor que la distancia de mis pies al suelo?

Y qué preocupación podría tener mayor importancia que las patas de la silla sobre el suelo, el frío en las mejillas, el color del parqué, el tintinear de las horquillas, el roce de tu pantalón, los botones de las paredes, qué preocupación mayor que tu sonrisa escalando la ventana, qué preocupación mayor que....

Que no me preocupa nada que no sea el subir de escaleras, el cierre de puertas y ventanas, el caer de la lluvia, el parpadeo de tus pupilas, el color de tu iris, las pestañas de los cristales, el tumulto del silencio, el café de mi parabrisas...

No encuentro nada que me interese más que el silencio escaldado, las manos carismáticas, el rincón de los problemas, el estrecho de la calle, la simpleza de palabras...

Que no hay nada mejor que el espacio continuado, el sinónimo insatisfecho, el entrever de las cortinas... que todo es fantástico si estoy a más de medio palmo del suelo...

martes, 23 de marzo de 2010

Llega la primavera


lunes, 22 de marzo de 2010

Veniet dies quo te in speculo non agnoscas (Petrarca)

Uno de los mayores problemas que podemos tener es no llegar nunca a conocernos a nosotros mismos. Es curioso, porque constantemente vivimos engañando a los demás, ya sea a través de máscaras, sentimientos, problemas, que intentamos ocultar, dar la vuelta o inventarlos; pero es que además, y esto ocurre más veces de las que deberíamos, nos engañamos a nosotros mismos.
Podría poner miles de ejemplos, pues tenemos la suerte de que somos cosas hechas con mente, voz y voto, pero me parece un ejercicio inútil. Quién no se ha frustrado alguna vez por no saber qué quiere estudiar, o precisamente por saberlo pero estar condicionado a hacer otra cosa. Lo mismo puede ocurrir con cualquier decisión tonta, como hacer un viaje, comprar un coche, y ya menos tonta, "elegir" la persona con la que queremos estar... sentimentalmente hablando, claro. Todo ello me ha llevado a pensar que, en realidad, nunca terminamos de conocernos del todo. Esto puede ser bueno, porque eso significa que nunca terminaremos de sorprendernos, lo que hace más interesante tener mente, voz y voto, pero a la vez crea una serie de conflictos internos poco recomendables para el sufridor.
Sé que puedo estar orgullosa, de momento, de poder decir: sí, me gusta la poesía; el rock; el romanticismo; hablar de hombres, sufrir por ellos; el té con galletas; pasear de noche por Madrid; Andalucía; el mar; la montaña; las fotos en blanco y negro... Y, aun así, hay una cantidad de incógnitas, dilemas, que siguen dando vueltas en mi cabeza día a día, y hacen que dude sobre mí.
¿Engañarme? Espero que nunca. ¿Dudar? Espero que sí, porque con las dudas se consiguen cosas, y se cambia.
Luego, como dice Petrarca, me miraré un día en el espejo y no sólo no me reconoceré, sino que me sentiré bien en contra o no de mi verdadera voluntad.

sábado, 20 de marzo de 2010

NUESTRA MEMORIA

Delincuente de las templanzas, no te olvides tu saco de sueños,

repartiendo recuerdos azules sino oscuros como el tiempo,

vuela por el mundo susurrando a los personajes desnudos,

soplando falsas promesas que acabarán perdidas sin rumbo.

Este eterno viaje de aludes mentales y noches de desvelos,

comienza en un lecho de saber y desemboca en un duelo,

para que nuestra memoria no envejezca recluida en otro mundo,

grita dignidad bien alto, antes de quedar para siempre mudo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los armarios los pintamos de azul para que la habitación fuera más alegre. Llenamos de uvas los cazos de leche para que todo oliera a zumo y para embriagarnos en el pensamiento de que en un futuro, podríamos pintar la madera de cielo con vino de mentirijillas.
Buscamos bajo la cama a la ardilla que nos miraba siempre a través de su monóculo, pero ya no estaba, habría decidido ver y mirar más allá de la colcha de flores que protegía su guarida.
Me puse triste al pensar que la había tenido enjaulada en contra de su voluntad. Me tumbé en la cama para que me diseccionaras con tu bisturí de plata y así poder perdonarme a mí misma, uniendo la sangre de uva y la mía en un acto lleno de llantos. ¿Qué esperaba? ¿Conseguir unas alas gigantes con sabor a fresa acida? Acaso romper mis gafas en pedazos bajo los pisotones rabiosos que daba, una y otra vez. Decidí esconderme bajo la cama, para aullar a mi ardilla y que volviera. Y que dibujara radiografías de mis manos, tan diferentes a las suyas.
Me aburría bajo el somier y cerré los ojos muy fuerte. Empecé a pensar en agua, en ríos, en charcos y en mares y me convertí en líquido de colores.
Me escurrí por la ranura y fui llenando de mí las hendiduras que habían formado las huellas del bichejo al escapar. Sentí la presión de las paredes y los recovecos que se ocultan en el lado oscuro de nuestra casa, el silencio solo, puro y agitador. Yo me convertí en silencio también y desapareció de mi mezcla la sangre que me escapaba hacía un rato.
Imaginaba mi cuerpo como el de un pollo desmenuzado y frío que había dejado de ser libertad entre la piedra para volver a su triste realidad, tan fantasiosa y poco creíble como hacia un rato, pero, más difícil de asumir.
Todos los acontecimientos se habían encadenado de forma casual durante la última hora, aunque me resultaba realmente difícil calcular el tiempo en aquel revoltijo de acciones. Pensé que lo mejor sería dejar mi pequeña excursión y dejar de ser sopa para cuencos, perdida por el suelo para volver a contarte lo que había sentido desde que te dejé atrás, mirándome atónito. Esperabas en mi habitación con un mechero en la mano, a punto de ser encendido, intuí que para quemar mi agua y convertirme en vapor para que el viaje fuera todavía más rápido. Pero yo no quería seguir revoloteando a la fuerza por caminos desconocidos, no quería perderme y que no pudiérais encontrarme y no quería verme sola en cualquier paisaje estrambótico y amenazador. Quería esconderme en mi cuarto y esperar contigo que volviera la ardilla y esperar arropada y calentita y con tazas de leche y galletas y con fotos de la calle que me mostraran el mundo que seguía asustándome. Me escondí debajo de las mantas y te pedí una nana.
Me cantaste. Y me dormí, para así despertar al fin y volver al mundo real.

martes, 16 de marzo de 2010

Desconocidos tan conocidos...

De vez en cuando, nosotros, los humanos, acostumbramos a pensar que conocemos cada dato, cada centímetro de una persona, y después, tras varios tropiezos, nos chocamos con la negativa realidad. Al fin y al cabo ninguno de nosotros sabemos cómo puede llegar a complicarse el sistema moral de cada una de las personas que nos rodean (a veces no sé ni cómo cambia la mía).
En algunos excepcionales casos sería capaz de afirmar que hay personas con las que he compartido efímeros 3 meses, y los he llegado a conocer mejor que a personas que conozco desde hace años. Sucia mentira. Ese "pseudoconocimiento" personal es simplemente el basado en la superficie, en la apariencia, en esos detalles que se dejan ver durante los primeros momentos, por llamarlo de alguna manera sería la "cara A". Y luego , como todos tememos, aparece la "cara B" , y tras compartir el tiempo, las horas y los meses necesarios con susodichas personas, te das cuenta de que en realidad te has pasado la mayoría de tu tiempo rodeada de desconocidos, de los cuales, después de todo, sólo recuerdas el nombre.
De ahí surgen las decepciones. Tras este pequeño desarrollo de mi teoría, podría decir que las decepciones son el mejor camino para conseguir conocer a una persona, y de ahí , que sea imposible que exista alguien que no te decepcione nunca... Por lo tanto el hecho de encasillar a un amigo en "nunca me va a fallar" es una forma de mentir y además llevarte un par de patadas en el estomago con el paso del tiempo. Al fin y al cabo, así somos los humanos, nunca podremos saber exactamente hasta dónde podemos llegar nosotros mismos, y por lo tanto, es imposible saber hasta donde pueden llegar los que nos rodean.
Claro que, tras este desarrollo tan negativo a cualquiera le entrarían ganas de quedarse en casa y meterse en una urna de cristal, pero siempre es más entretenido salir a vivir y pseudo-convencerse de que:"quién sabe, quizás algún día consiga conocer realmente a los que forman mi círculo de amistades, familia etc.." (sinceramente, es un juego bastante entretenido, siempre que te lo tomes como un juego, y tengas la suficiente tolerancia como para poder soportar tus tropiezos y los de los demás).
En realidad no es un juego, es la vida.


(Una visión optimista para las decepciones inesperadas)

domingo, 14 de marzo de 2010

Delibes


"El hombre, ciertamente, ha llegado a la Luna pero en su organización político-social continúa anclado en una ardua disyuntiva: la explotación del hombre por el hombre o la anulación del individuo por el Estado. En este sentido no hemos avanzado un paso. Los esfuerzos inconexos de algunos idealistas -Dubcek 1968 y Allende 1973- no han servido prácticamente de nada. A pesar de nuestros avances de todo orden en política, la experimentación constituye un privilegio más de los fuertes. Perfil semejante, aún más negativo, nos ofrece el tan cacareado progreso económico y tecnológico. El hombre, arrullado en su comfortabilidad, apenas se preocupa del entorno.
La actitud del hombre contemporáneo se asemeja a la de aquellos tripulantes de un navío que, cansados de la angostura e incomodidad de sus camarotes, decidieron utilizar las cuadernas de la nave para ampliar aquéllos y amueblarlos suntuosamente. Es incontestable que, mediante esta actitud, sus particulares condiciones de vida mejorarían, pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Cuántas horas tardaría este buque en irse a pique -arrastrando a culpables e inocentes- una vez que esos tripulantes irresponsables hubieran destruido la arquitectura general de la nave para refinar sus propios compartimientos?
He aquí la madre del cordero. Porque ahora que hemos visto suficientemente claro que nuestro barco se hunde -y a tratar de aclararlo un poco más aspiran mis palabras-, ¿no sería progresar el admitirlo y aprontar los oportunos remedios para evitarlo?"
Miguel Delibes (Valladolid, 17/10/1920 - Valladolid, 12/03/2010).
Fragmento de su discurso en la Academia.

sábado, 13 de marzo de 2010

LOS CAMINOS DE ESTE MUNDO

Inútil es obviar, que harto está el libre pensamiento,

sintiéndose observado por cientos de ojos furibundos

en una mirada que siempre desemboca en sus ombligos,

surgiendo de su mente personajes necios e iracundos.

Las palabras miles son, las frases muchos millones

pero aún debemos recorrer muchos mares profundos

tabicando tercas injusticias e incinerando vanidades

descubriendo en rebeldía los caminos de este mundo.

jueves, 11 de marzo de 2010

Vaso vacío...


Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.
Joaquín Sabina

lunes, 8 de marzo de 2010


“Pero nada es aún definitivo.”
Ángel González

Aún queda algo de esperanza
sumada a una pequeña
y fija imagen
que me niego a borrar.

Huele a tierra mojada.
No tengo paraguas,
no tengo capucha;
Todo parece responder
al mismo orden de las cosas.

“¡Salvadme!”
diría desesperadamente,
pero no tengo fuerzas
para pedir ayuda.

Espero,
requiero una compañía
y la requiero para siempre
para mí.

Aún lo definitivo está lejos,
pero es fácil de lamentar.

sábado, 6 de marzo de 2010

DE SABIOS ESTÁ REPLETO EL MUNDO:

Silencio,

alguien habla, se trata de un ser sabio,

pero la sabiduría es compleja,

tanto que nadie sabe qué significa ser sabio.

¿Hablar mucho? ¿Hablar demasiado poco?

tal vez solamente hablar de lo único que se sabe,

o se cree saber.


Sentado en la mesa con posición preeminente,

un cartel enuncia: ¡Aquí hablará un sabio!

Las conferencias están hechas para ellos,

desprendiéndose palabra por palabra

de toda su sabiduría,

pensando que hablan de algo que entendemos,

pero no es más sabio quien más habla de lo que sabe,

sino quien mejor nos transmite que conoce poco

y que ese poco que conoce es un granito de arena

de la totalidad de la sabiduría.


Aplausos y más aplausos,

que pretenden dar un abrazo

a las palabras vacías o llenas, según para el entendedor.

Como estamos predispuestos a la sencillez,

la complejidad nos aturde y provoca que nos perdamos

en el mundo de los falsos sabios.

A los verdaderos sabios no importa

que no les entendamos e incluso que nos aburran,

y es que realmente, de sabios está repleto el mundo,

unos nos hacen viajar de sermón en sermón

y otros de ilusión en ilusión.

jueves, 4 de marzo de 2010

El barrio rojo...


Armsterdam

martes, 2 de marzo de 2010

Del día


No sé en que pequeño instante del día me resolví en pedazos, desestructuré cada uno de los pasos dados por mi cuerpo, me repetí mil veces, me escribí mil páginas de una sola vez, me pensé mil veces pensando en ti... te encontré entre letras que en ningún momento me pareció que existieran.
De repente, como si tal cosa, arrastré los pies a la desidia, arrastré los pies y los restos para ver si te encontraba. No sé si te encontré... pero, si no lo hice, me hubiera gustado hacerlo.


Y eso sé que lo sabes.


"La caricia comienza antes de convertirse en caricia". (M.Benedetti)

lunes, 1 de marzo de 2010

Políti...¿qué?

- ¡No nos grites
que no te creemos!
El predicador,
que en el fondo
sabía que no era
descendiente de Mahoma,
aunque nunca
lo reconocería,
se bajó de la tarima
con su libro de leyes
bajo el brazo.

Ni un adepto hoy.
Ni un sólo sádico.

El público
vigilaba sus movimientos.
Él,

aceptó las críticas,
más de una vez
confundió retórica
con poética,
porque no tenía ninguna
de las dos cosas,
y gesticuló con elegancia
en los momentos precisos.

De repente,
alguien le preguntó
por su política.
- Políti... ¿qué?,

respondió.
Un silencio mortal
susurró la derrota.

El predicador,
cabizbajo,
supo que todavía hay cosas
que no se pueden comprar.