Los números primos gemelos,
siempre juntos emocionalmente,
pero siempre separados físicamente.
Les separa la barrera de un número par,
pero es precisamente esa distancia,
la que les aboca a crear una fuerte unión.
Eso nos ocurre a algunas personas,
cuando sentimos irremediablemente
una fuerza invisible que nos une a otra.
Sabemos que es posible estar en soledad,
rodeados por una multitud desconocida
que nos observa con superficialidad.
Es la indiferencia en la mirada,
la que nos evoca el placer de rechazar
todas aquellas cosas gigantescas.
Aprendiendo a buscar el gusto
por las más pequeñas e insignificantes,
que son las que llenan nuestra vida.
Todos encontramos en algún momento
a nuestro número primo gemelo,
ya pueda ser un hombre o una mujer.
En ese instante notamos cómo se crea,
entre ambas personas, un espacio vacío
con un aire y unas emociones únicas.
Quizá tenga que seguir viviendo sin más,
dejando pasar personas delante de mí
respirando lo mejor de cada una de ellas.
Aún me quedan muchas por conocer,
y tal vez sin saberlo me tope de frente
con la complementariedad que deseo.
Mientras me dedicaré a seguir fielmente
los pasos que voy eligiendo en mi vida,
disfrutando en compañía de los míos.
* Para los amantes de la buena lectura:
"La soledad de los números primos"
de Paolo Giordano.
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