lunes, 18 de enero de 2010

Ocurre a veces

Cuando las calles
se vuelven de nieve
y anochece a las seis,
Le petit Prince
me enseña un baobab,
el verbo
apprivoiser
y las estrellas.

Ocurre a veces.
Cuando sólo hoy
quiero olvidarme del mundo
y Mafalda me invita
a bajarme de él,
como ha gritado
en tantas ocasiones.

Ocurre
que se me puede olvidar
reír, o buscar mi propio
sentido a la vida,
pero ahí estará don Ángel
"cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro",
y me dejará sin palabras,
todas amigas de él.

Ocurre que a veces,
cuando una se cansa
de pensar
y es muy invierno,
la Marea humana
se llama Benjamín,
y Marilyn
sólo me recomienda ir
con faldas y a lo loco.

Ocurre a veces.

Cuando nada de eso
me salva,
prefiero que nada
me pertenezca.

Sólo por si lo pierdo.

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