Nuestra energía mental sí se crea
pero no se destruye, solo se transforma,
en ideas dinámicas y aventureras.
Ideas que expresamos
en un papel con tinta de bolígrafo,
a veces en mitad de los desvelos
de las oscuras noches de inspiración.
Otras veces en una pantalla inerte,
a la que damos vida con el movimiento
de los dedos entonando un baile
sobre el teclado del ordenador.
Sin duda nuestras ideas son cultura
y las dejamos fluir a su libre albedrío,
intercambiando diversas sensaciones
con l@s nuestr@s y con desconocid@s,
pero igualmente abiertos a la cultura,
no pudiéndola poner ni muros ni rejas
porque es seguro que ella seguirá fluyendo.
Será siempre inútil por lo tanto,
ponerle obstáculos deshumanizados a la cultura,
pues siempre habremos personas
que pongamos nuestro granito de arena
para que ella siga siendo libre
y abra boquetes en los muros de ignorancia.
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