martes, 27 de abril de 2010

StrawberryFeelingsForever.

-Llegas tarde.
-Ya lo sé.
-Si ya lo sabes, ¿Por qué llegas tarde?
-He dicho que lo sé, no que haya evitado llegar tarde.
-Eres la hostia. Aparte de llegar tarde ni siquiera te disculpas.
-¿Por qué iba a disculparme? No voy a disculparme por llegar tarde. No puedo disculparme porque el tren haya tardado, ni por haberme equivocado de camino ni por pensar que habíamos quedado a las cinco y media en lugar de a las cinco. No lo he hecho aposta, no te he hecho esperar adrede. He llegado tarde porque pensaba que tenía que llegar tarde. Tarde que para mí es puntual. Tarde que para mí es a mi hora. No voy a disculparme por ser puntual.
-No sé como lo haces pero siempre pones las cosas de tu lado. Intentar, ya no discutir, sino hablar contigo, es como... pretender, no sé, que las fresas dejen de ser fresas y sepan a limón.
-¿Crees que soy una fresa?
-Creo que eres verde. Inmadura. Cubierta de pesticida.
-Tú eres mi pesticida.
-No, mentira. Yo soy... ¿Tu recolector? Suena raro. Yo te recojo.
-No puedes. Soy verde. Inmadura. Buscas limones y no fresas.
-Te busco a ti. Me da igual que seas verde, amarilla, dorada y que sepas ácida.
-¿Ácida?
-Mucho. Es raro. Al principio es raro. La lengua se entumece y sientes frío en los dientes. Te chirrían y chocan entre si. Pero después del primer segundo te acostumbras. Te aclimatas. Es diferente. Morder un limón es diferente.
-Soy una fresa. Si te pones metafórico, por lo menos sé coherente.
-Morder una fresa es aburrido.
-Morder un limón es odioso.
-¿Sabes que es lo que más me gusta de ti?
-¿Que siempre soy puntual?
-Que no eres ni un limón ni una fresa, sino todo junto y todo lo contrario. Que eres verde y roja y a veces amarilla. Que sabes de mil formas. Que siempre llegas a tu hora.
-Hoy he llegado tarde.
-Siempre llegas cuando tienes que llegar. Justo. En tu punto.
-Cuando es mi hora de caer de la rama.
-Cuando yo esté para recogerte.

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