sábado, 27 de febrero de 2010

TEMPOS DE LA IMAGINACIÓN

Quedan quebrantadas ilusiones infantiles

y se me asfixian lentamente las actitudes inocentes,

mientras tanto la espontaneidad innata se pierde

y voy accediendo a una realidad esperpéntica.

Dicha realidad no me gusta, es más, la rechazo

porque ni obtiene de mí, la naturalidad deseable,

ni me permite desarrollar mi libertad individual,

sin saborear antes el temor de la soledad social.


Entonces, ¿qué sería lo mejor que pudiera pasar?

si continúo en mi obstinado camino del rechazo,

acabaré frustrado por las piedras que traten

de hacerme tropezar para impedir mi avance.

Qué fácil es ser niño y qué difícil es ser adulto,

ansío regresar al tiempo en el que la imaginación

corretea a su libre albedrío y los problemas,

no son más que un apéndice de la candidez.

1 comentarios:

Charlotte dijo...

Además que sí... ¡Qué razón tienes! Con lo fácil que es ser niño, podríamos quedarnos así siempre...