martes, 16 de marzo de 2010

Desconocidos tan conocidos...

De vez en cuando, nosotros, los humanos, acostumbramos a pensar que conocemos cada dato, cada centímetro de una persona, y después, tras varios tropiezos, nos chocamos con la negativa realidad. Al fin y al cabo ninguno de nosotros sabemos cómo puede llegar a complicarse el sistema moral de cada una de las personas que nos rodean (a veces no sé ni cómo cambia la mía).
En algunos excepcionales casos sería capaz de afirmar que hay personas con las que he compartido efímeros 3 meses, y los he llegado a conocer mejor que a personas que conozco desde hace años. Sucia mentira. Ese "pseudoconocimiento" personal es simplemente el basado en la superficie, en la apariencia, en esos detalles que se dejan ver durante los primeros momentos, por llamarlo de alguna manera sería la "cara A". Y luego , como todos tememos, aparece la "cara B" , y tras compartir el tiempo, las horas y los meses necesarios con susodichas personas, te das cuenta de que en realidad te has pasado la mayoría de tu tiempo rodeada de desconocidos, de los cuales, después de todo, sólo recuerdas el nombre.
De ahí surgen las decepciones. Tras este pequeño desarrollo de mi teoría, podría decir que las decepciones son el mejor camino para conseguir conocer a una persona, y de ahí , que sea imposible que exista alguien que no te decepcione nunca... Por lo tanto el hecho de encasillar a un amigo en "nunca me va a fallar" es una forma de mentir y además llevarte un par de patadas en el estomago con el paso del tiempo. Al fin y al cabo, así somos los humanos, nunca podremos saber exactamente hasta dónde podemos llegar nosotros mismos, y por lo tanto, es imposible saber hasta donde pueden llegar los que nos rodean.
Claro que, tras este desarrollo tan negativo a cualquiera le entrarían ganas de quedarse en casa y meterse en una urna de cristal, pero siempre es más entretenido salir a vivir y pseudo-convencerse de que:"quién sabe, quizás algún día consiga conocer realmente a los que forman mi círculo de amistades, familia etc.." (sinceramente, es un juego bastante entretenido, siempre que te lo tomes como un juego, y tengas la suficiente tolerancia como para poder soportar tus tropiezos y los de los demás).
En realidad no es un juego, es la vida.


(Una visión optimista para las decepciones inesperadas)

0 comentarios: